Soy Martín Martínez, creador de esta empresa que nace del apego al territorio, la felicidad que me produce hacer disfrutar a los demás y el gusto por conocer a las personas que nos visitan. Entre otras actividades profesionales que desarrollo, mi apuesta por el proyecto de Sacra Activa se basa en el empeño de aportar en primera persona al crecimiento y desarrollo de esta nuestra Ribeira Sacra.
Mis padres siguieron la profesión de los abuelos, la de vivir del campo, una agricultura multisectorial, actividad de subsistencia en la Galicia rural.
De mi madre, sin duda, heredé esa forma de ser tan gallega, basada en la hospitalidad, en agradar al visitante, con la consiguiente satisfacción que produce en el visitado.
De mi padre, pongo en valor sobre todo la constancia y el trabajo, quizás no he conocido ninguna persona más trabajadora, salvo su hermana Fina, sin duda nos viene de familia.
Cuando te crías entre viñas y vacas en una pequeña aldea de esta Ribeira Sacra, es habitual sentir a los vecinos como si fueran de la propia familia. De esta tierra recuerdo una infancia que pasa despacio, que permite sentir plenamente cada estación, festividad o acontecimiento por pequeño que sea; un ambiente sano y saludable. De aquí se forja una forma de ser que te acompañará toda la vida y llevamos muchas personas de esta parte de Galicia dentro de nosotros.
Después de cursar mis estudios en Monforte de Lemos, comencé a buscarme la vida y escapar del trabajo duro y poco rentable del campo. Una de las primeras cosas que hice fue vender el aguardiente que hacia artesanalmente mi padre. Durante un tiempo lo llevé a Asturias, y como anécdota, recuerdo que al hablar con los hosteleros estos no ponían en duda su procedencia casera, me costaba muchísimo hablar castellano, durante toda mi vida y con ya 20 años solo había hablado gallego.
Luego alguien me ofreció comprar a plazos aquellas máquinas expendedoras de pistachos a granel, cualquier trabajo o pequeño negocio era más divertido y rentable que trabajar como agricultor, curioso que ahora me resulte tan satisfactorio, también tendrá que ver, que no se haga por necesidad. Pues ese fue el germen de haberme dedicado durante ya más de 25 años a la explotación de diversos tipos de máquinas accionadas por monedas, principalmente las recreativas, y haberlo hecho aparte de en Galicia, donde nunca he dejado de trabajar, en Andalucía y República Dominicana.
En 2011 viajé a Cuba por primera vez, al instante me atrapó. En un curso de turismo, en la Escuela Superior de Turismo de Galicia, había aprendido que el viaje comienza cuando lo empiezas a buscar por internet. Pues bien, muchas familias con casas de renta que alquilaban a turistas extranjeros no tenían medios ni forma de darse a conocer en la red de redes. El destino me llevo junto a Kiki, mi amigo de la Ciénaga de Zapata, un sitio paradisíaco, al cual quise hacer una web para que la gente supiera de este lugar y al mismo tiempo ayudarles a él y a su mujer Daylena. Así nació www.hostalkiki.com y luego vinieron más viajes y otra web www.casahostalcuba.com Y ahí ya pusimos más de 200 casas de varias provincias, una información que nos llevó varios meses recopilar, en una labor totalmente gratuita. Así pase más de un año en Cuba, mi segunda patria, al menos sentimentalmente.
Ahora estoy inmerso en este proyecto turístico con mi pareja Graciela González, tenemos a nuestra hija Adriana, que ya cumplio 4 años. Graciela aporta su trabajo con personalidad y estilo propio todos los detalles de nuestra bodega Ecosacra.
Nieves Castillo, originaria de Venezuela y de formación maestra infantil, es la persona que generalmente me acompaña en las Experiencias VIP, una profesional que resulta de gran ayuda y de la que destacaría el saber estar.
Y el último en incorporarse a nuestro equipo es Florin Dulea, un inmigrante Rumano originario de un pequeño pueblo de labradores al lado del Danubio, tiene mucha sensibilidad con lo ecológico, lo cual encaja con nuestra recuperación de viñedos y huerto sostenible que estamos acometiendo.